jueves, 3 de julio de 2014

Guerra a la araña roja

Lo más seguro es que todos hayamos oído hablar -algunos, incluso, las habremos sufrido- de las arañas rojas. Es una de las plagas más comunes y que pueden afectar a nuestro huerto urbano pero, por mucho que ese sea el nombre más común que se le da, lo cierto es que la 'araña' roja es un ácaro al que se le apoda araña por su capacidad para tejer telarañas. En su edad adulta a penas alcanza el medio milímetro de tamaño pero como todos estos 'bichitos', cuando se convierten en plaga, pueden causar estragos a pesar de su reducido tamaño.
Ya hemos hablado en el blog de las plagas en general y de algunas de las más comunes en particular como los pulgones y la mosca blanca. Hoy, y siguiendo con la serie de artículos sobre los problemas que pueden afectar a nuestros cultivos y cómo prevenirlos y tratarlos, queremos presentaros a esta 'falsa' araña roja.
Su nombre científico es Tetranychus Urticae y es una de las muchas especies de ácaros que se alimentan de plantas. Sienten predilección por las plantas que se encuentran en un ambiente seco así que habrá que tener especial atención a la aparición de la araña roja en los meses de sequía. Es una especie muy polífaga, es decir, que ataca a una gran variedad de plantas incluyendo la mayoría de hortalizas y muchas plantas ornamentales como las rosas. Es por tanto, una probable visita no deseada en nuestro huerto urbano, sobretodo, en verano pues es atraída por los ambientes secos y cálidos.
Pero, algo tan pequeño, ¿qué daños puede causar? Como ya hemos visto en nuestro blog, el tamaño poco importa a la hora de causar estragos en las plantas. De hecho, los virus, microorganismos solo visibles con microscopio, pueden echar a perder nuestros cultivos. En el caso de la araña roja, sí podemos verla a simple vista, aunque ya hemos dicho que los adultos a penas rozan el medio milímetro de tamaño.
Podremos distinguirlas sin embargo, como pequeños puntos, sobretodo, en el envés de las hojas. Allí, cada ejemplar se va alimentando de las células vivas de la planta creando una mancha minúscula en la hoja. El ataque de cada araña roja puede ser insignificante pero las plantas huésped suele acoger a miles de ejemplares lo que supone una importante reducción de la fotosíntesis y, en consecuencia, de los nutrientes que necesita para seguir desarrollándose. Si el ataque es persistente, la planta puede llegar a morir.
A los daños que la araña puede causar por sí misma, hay que añadir el hecho de que puede ser transmisora de virus de una planta infectada a una sana y que, además, debilita la planta hasta el extremo de convertirla en idónea para el desarrollo de otras enfermedades causadas por hongos o bacterias.
Y, ¿qué hacemos? Para empezar, es importante que realicemos las tareas de nuestro huerto de manera adecuada. La araña roja suele aparecer en aquellos espacios con déficit de humedad o donde es excesivo el nivel de nitrógeno, un elemento que nosotros podemos favorecer con el tipo de abonado que escojamos. También la baja variedad de cultivos puede favorecer su aparición.
Debido a la predilección por la sequedad, es útil pulverizar las hojas de nuestros cultivos con agua para mantener un grado de humedad que aleje a este ácaro de nuestro huerto. Y, por supuesto, realizar las recomendaciones básicas: revisión periódica de nuestros cultivos, mirando bien de cerca y prestando mucha atención al envés de las hojas, y la eliminación de las malas hierbas y de los restos de poda ya que sirven de estupendo refugio para los ácaros.
Si pese a estas precauciones, la araña roja se ha instalado en forma de plaga en nuestro huerto urbano, tendremos que tomar medidas. ¿Cuáles? Existen diversas opciones para controlar este tipo de plagas. Para empezar, vamos a hablar del control biológico. Se le llama así a las tácticas de lucha consistentes en introducir otro elemento vivo propio del ecosistema y que consiga equilibrar (o eliminar) por completo a nuestro enemigo de manera natural. En el caso de la araña roja, se pueden usar varios depredadores naturales como el ácaro fitoseido Phytoseiulus persimilis o el Amblyseius californicus que, además, se alimenta de polen por lo que se puede distribuir por el huerto antes incluso de que aparezcan los primeros ejemplares de araña roja.
Estos métodos, si bien son utilizados en la práctica comercial de la horticultura para proteger los cultivos de invernadero, no son muy habituales en los huertos urbanos cultivados como hobby como es nuestro caso así que probaremos otros remedios más cómodos y al alcance de todos nosotros.
Por ejemplo, pulverizar el agua conseguida de infusionar ortigas secas, ajenjo o helechos es una buena manera de repeler este insecto al igual que distribuir pieles de cebolla por el suelo de nuestro huerto urbano.
Pero si queremos un resultado más rápido y eficaz, absolutamente ecológico, vamos a optar por darnos una vuelta por el catálogo deproductos de Semillas Huerta y Jardín. Allí encontraremos productos como el jabón potásico, totalmente inocuo para la planta y cuya pulverización permite acabar con los insectos ya que reblandece su exoesqueleto hasta el punto de que acaban muriendo. Combinado con este producto se puede utilizar un aceite de neem, un insecticida natural que se extrae del fruto de esta planta.
Además, podemos incluir en nuestro huerto urbano una serie de plantas que sirven de repelentes para los insectos dañinos. En Semillas Huerta y Jardín podemos encontrar este pack que incluye semillas de eneldo, de lavanda, de hinojo, de capuchina enana, de borraja, de clavel chino y de romero, una manera de lo más ecológica para proteger nuestro huerto urbano.
Como siempre, esperamos que estos consejos y remedios os sirvan para disfrutar de vuestra afición sana y ecológica con los menores sobresaltos posibles así que, ya sabéis, ¡a disfrutar del huerto!

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