jueves, 31 de julio de 2014

Las coles (también) son para el verano

Estamos apurando las últimas horas de este mes de julio y antes de irnos de vacaciones queremos dejar una última idea para los que tenéis pensado dedicar algo más de tiempo a vuestro huerto urbano este verano. En post anteriores hemos hablado de cultivos que se pueden plantar en verano sin muchos problemas como las hortalizas de raíz y de otros que, aunque prefieren climas suaves, pueden aguantar bien una siembra veraniega como la escarola o la espinaca. Hoy vamos a hablar de algunos cultivos que no es que se puedan plantar en verano si no que es la época ideal para su siembra: la col, el brócoli y la coliflor.
Se pueden usar en multitud de platos en la cocina aunque es verdad que son unas verduras algo polémicas porque no a todo el mundo gusta su sabor ni a todos sientan bien cuando las comen pero, aún así, son muy versátiles y no está de más dedicarles un rinconcito en nuestro huerto urbano porque siempre nos pueden sacar de un apuro o, si no nos convence el sabor, siempre podemos regalarlas porque seguro que conocemos a alguien que le chifle comer coles. Cualquier razón es buena para atrevernos con este tipo de cultivo.
Pero es que además, los beneficios para la salud son muchos: las coles poseen muy pocas calorías, nos aportan mucha fibra y agua. También poseen vitaminas A, B, C, E, minerales como el potasio, calcio y fósforo. Nos ayuda a combatir enfermedades como el ácido úrico, la diabetes, el colesterol y el reuma. Al brócoli le llaman el 'súperalimento' por su alto valor en nutrientes y vitamina C y la coliflor aporta grandes cantidades de agua, fibra y vitamina C.
La col (o brassica oleracea) es un cultivo típico del norte de Europa aunque en la cuenca mediterránea también era utilizada por griegos y romanos como remedio natural para multitud de enfermedades. Las semillas de col las podemos sembrar desde septiembre hasta abril dependiendo de la variedad. Las sembraremos en semillero y, si vamos a cultivarlas cuando llegue el frío, procuraremos protegerlos para evitar las heladas.
Entre cinco y diez días, las semillas germinan pero no deberemos realizar el trasplante hasta que las raíces de la planta no ocupen todo el semillero. La trasplantaremos en un marco de plantación de 45x45 centímetros y en un suelo suelto y profundo, muy bien abonado porque este tipo de cultivos son muy exigentes en abono orgánico. Además, procuraremos que tenga humedad constante ya que la col, a pesar de ser muy resistente al frío, no tolera la sequía. A los dos meses de la siembra podremos empezar a recolectar la col, siempre y cuando hayamos tenido cuidado con enfermedades y plagas como la oruga o la mosca de la col.
En el caso del brócoli, es recomendable sembrar a finales de verano o principios de otoño, cuando las temperaturas comienzan a suavizarse ya que necesita de temperaturas frescas para su buen desarrollo. Sembraremos las semillas en semillero protegido trasplantándolas al mes de su siembra en un marco de plantación de 60x60 centímetros. Como la col, necesita suelos sueltos, aireados y con un buen abonado orgánico y riegos continuos que mantengan la humedad. A los tres meses de la siembra, podremos empezar a recolectar nuestro propio brócoli.
Si el brócoli es mejor sembrarlo a finales de verano, la coliflor también prefiere desarrollarse con temperaturas más bajas así que la sembraremos cuando estemos seguros de que ha pasado la época de más calor. Para asegurar el éxito del cultivo podemos esperar hasta que llegue el otoño para sembrar la coliflor pero podemos hacerlo un poco antes sin mayor problema, de hecho, hay variedades que se desarrollan bien con altas temperaturas.
Es un cultivo que resiste bien las heladas siempre que no sean muy intensas. Sembraremos las semillas en semillero protegido, las semillas tardarán en germinar entre 5 y 10 días. Al cabo del mes de sembrar las semillas las trasplantaremos a un marco de plantación de 70x70 centímetros y en un suelo mullido, con un buen abonado rico en nutrientes y capaz de mantener la humedad. A partir de los tres meses desde la siembra, se puede empezar a recolectar.
En todos los cultivos del tipo col habrá que tener cuidado con las plagas de la mosca de la col y la oruga de la col, así como con los pulgones y una enfermedad característica de este tipo de plantas llamada hernia de la col.
Las opciones para seguir disfrutando de nuestro huerto urbano en verano son múltiples y solo tenemos que buscar aquello que necesitamos para una buena siembra en el catálogo de Semillas Huerta y Jardín y ponernos manos a la tierra. Si os ha convencido la idea de las coles, en la web podéis conseguir un 'Mix Brásicas' con semillas de col de bruselas, coliflor, brócoli y col corazón de buey.
¡Disfrutad del huerto y del verano! 

martes, 29 de julio de 2014

Cultivos para el verano: espinaca y escarola

La semana pasada os hablamos de esos cultivos que son aptos para sembrar en los meses de verano y aprovechar así algunos días de vacaciones ampliando la variedad de nuestro huerto urbano. Como recordaréis, mencionamos algunos cultivos que se pueden plantar en verano aunque no es su mejor época: la escarola y la espinaca. Hoy vamos a ver cómo sembrar estas dos verduras tan típicas de ensaladas antes de que lleguen los días de calor más extremos.
La espinaca -Spinacia Oleracea es su nombre científico- tiene multitud de usos en la cocina y se puede consumir tanto cruda como cocinada. Además, nos aporta grandes cantidades de minerales y vitaminas así que no hay excusa para no incorporarla a nuestra dieta y, si encima la hemos cultivado nosotros, mejor que mejor.
Como decíamos, se trata de una hortaliza cuya época ideal de siembra es cuando llega el otoño aunque existen variedades que aguantan bien el calor y no deberíamos de tener ningún problema para cultivarlas en verano, sobretodo, si vivimos en zonas donde en los meses de julio y agosto las temperaturas no son muy extrema.
Podemos sembrar sus semillas de manera directa, a una profundidad de dos o tres centímetros y con un marco de plantación de 30x10 centímetros. En tres semanas empezarán a germinar y en un mes y medio o dos meses desde la siembra ya las podremos empezar a recolectar. La espinaca necesita un suelo suelto, ligero y rico en humus. No os preocupéis si tenéis un índice alto de salinidad en el suelo de vuestro huerto porque la espinaca lo aguanta bien. Además, no es un cultivo muy exigente con el abonado. Eso sí, el riego no lo perdona y menos si vamos a atrevernos a plantarla en verano así que hay que procurarle riegos constantes que mantenga la humedad evitando, como siempre, los encharcamientos.
A la hora de plantarla, será bueno para la espinaca asociarla a cultivos como las judías, coles, apio o lechuga y evitaremos hacerlo junto a hortalizas de su misma familia, acelgas o remolacha. También podemos sembrar la espinaca en maceta. Con una profundidad de unos 20 centímetros y una capacidad de dos litros bastará.
Por su parte, la Cichorium Endivia, comúnmente conocida como escarola, aguanta bien la siembra en verano así que será más difícil correr riesgos como con la espinaca a la que el exceso de calor puede hacer que se espiguen las hojas. La escarola se cultiva por sus hojas, rizadas, que se usan principalmente en ensaladas.
Desde abril ya podemos empezar a cultivar la escarola aunque, dependiendo de la variedad, podemos adelantar la siembra al mes de marzo. En el caso de esta verdura, sembraremos en semillero, esperaremos entre seis y diez días para ver cómo germinan y la transplantaremos a su lugar definitivo cuando la plantita tenga al menos cinco hojas. Como norma general su marco de plantación será de 30x40 centímetros, aunque este variará un poco dependiendo la variedad de escarola que elijamos para sembrar.
La escarola tarda en estar lista para ser recolectada entre tres y cuatro meses desde la siembra de la semilla si la climatología y los cuidados han sido adecuados. Para un desarrollo óptimo necesita de climas templados y de terrenos bien trabajados, mullidos y que drenen bien. Al contrario que la espinaca, sí es un cultivo algo exigente con el abono: necesitará una dosis media de abonado orgánico.
Sin embargo, sí se parece a la espinaca en cuanto a las necesidades de riego: la escarola necesita de riegos frecuentes que mantengan una humedad constante por lo que deberán de ser periódicos e intensos evitando, como ya sabemos, los encharcamientos. Si optamos por cultivar la escarola en macetero (uno de 10 litros de capacidad y 20 centímetros de profundidad) deberemos de aumentar la dosis de agua y abono.
Un buen consejo para incrementar el sabor de la escarola es atar las hojas todas juntas cuando estemos a punto de iniciar la recolección porque así conseguiremos que el interior de la planta se ponga más blanco y tierno aumentando su sabor. Las asociaciones positivas para la escarola son las zanahorias, rábanos, judías y nabos.
Tanto en el cultivo de la espinaca como de la escarola y teniendo en cuenta que estamos en verano, vamos a extremar las precauciones para evitar las plagas, sobretodo, de pulgones. Además, son dos hortalizas susceptibles de padecer el mildiu. Deberemos, por tanto, estar atentos a la aparición de los síntomas de esta enfermedad de la que ya hablamos aquí.
¿Qué os parece? ¿Os atrevéis con estos dos cultivos de hoja? Seguro que sí así que solo tenemos que entrar en la web de Semillas Huerta y Jardín, conseguir todo lo necesario para su cultivo y ponernos manos a la tierra.
¡Disfrutad del huerto!

jueves, 24 de julio de 2014

Sembrar en verano: las hortalizas de raíz


¿Qué tal el verano? ¿Llegaron ya las vacaciones? En el post anterior hablábamos, precisamente, de usar parte del tiempo libre que nos ofrecen las vacaciones para sembrar y cultivar productos nuevos en nuestro huerto urbano y, echando un vistazo al calendario de siembra, vimos que había unas cuantas plantas que se pueden sembrar en julio y agosto. Hoy vamos a hablar de algunas de ellas, en concreto, de algunas variedades de hortalizas de raíz: la zanahoria, el rabanito y la remolacha.
Como su nombre indica, estas hortalizas son cultivadas para el consumo de sus raíces. Además de aportar multitud de vitaminas y minerales al ser humano tienen la ventaja de que se pueden sembrar y cultivar durante todo el año, son muy fáciles de cultivar y su desarrollo es rápido comparado con otras hortalizas así que pronto podremos disfrutar de ellas. Son cultivos ideales para iniciarse en la horticultura.
Como características comunes, este tipo de cultivos requieren de suelos sueltos, bien trabajados, mullidos, que drenen correctamente pero que sean capaces de mantener la humedad y que sean fértiles, con un abonado de fondo medio demateria orgánica bien descompuesta. También comparten las necesidades de riego: cortos y frecuentes para evitar que el suelo pueda perder humedad.
La zanahoria, o daucus carota, pertenece a la familia de las apiáceas. Cuando la sembremos, directamente en el suelo, deberemos de esperar unos quince días para que las semillas germinen. Tenemos que utilizar un marco de siembra de 10x30 centímetros. En unas ocho semanas podremos ya recolectar nuestras zanahorias.
Se trata de una hortaliza muy útil en la cocina ya que sirve para hacer caldos, guisos, guarniciones, ensaladas y, como a mi más me gusta, en crudo y como tentempié. Pero además, la zanahoria aporta múltiples vitaminas a las personas. Una de ellas es la Vitamina A, vital para la vista. También se recomienda consumir zanahoria para mejorar nuestro bronceado. De hecho, hay bronceadores hechos a base de esta hortaliza.
Cuando la sembremos, vamos a tener especial cuidado de no colocarla junto a plantas de su propia familia y asociarla a otras que la favorecen como el tomate, el puerro, la salvia o la cebolla. Plantar cebollas junto a nuestras zanahorias nos permitirá además despistar a la mosca de la zanahoria, la principal plaga que sufre esta hortaliza.
Seguimos con el rabanito: es poco exigente en lo que a suelo se refiere, prefiere aquellos ricos en humus. Va a crecer en la mayoría de terrenos bien drenados, pero estos deben estar enriquecidos con humus en forma de turba, abono compuesto o estiércol. También se adapta a cualquier clima y es resistente al frío. De hecho, puede sembrarse todo el año. Es de siembra directa en un marco de plantación de 10x15 centímetros.
Además, es de rápido crecimiento y en tan sólo 30 días podremos usar nuestros propios rabanitos en la ensalada. Eso implica que podemos obtener varias cosechas a lo largo del año.
Este cultivo es ideal para los principiantes y para los impacientes también. No requiere de complicados cuidados y es una hortaliza que, además de desarrollarse bien junto a la mayoría de cultivos porque no les llega a molestar: se recolecta antes de que los demás se desarrollen plenamente. Además, no sufre problemas graves de plagas ya que su rápido crecimiento hace que no dé tiempo al desarrollo de este tipo de problemas tan comunes en los huertos urbanos.
Y, por último, hablemos un poco de la remolacha. Igual que ocurre con el rabanito, va a preferir un suelo rico en humus y, al igual que aquel, también, es un cultivo que no da excesivos problemas. La sembraremos de manera directa en el huerto en un marco de 40x20 centímetros. El riego, como en la zanahoria y el rabanito y, en general, en las hortalizas de raíz, no debe de ser muy copioso pero sí frecuente para que el suelo se mantenga siempre húmedo.
A partir de los tres meses desde la siembra de nuestras remolachas podremos empezar a recolectarlas y disfrutar de ellas y es que, aunque no sea una hortaliza tan socorrida como el tomate o la cebolla, tiene multitud de usos culinarios y todos ellos, deliciosos.
¿Qué os ha parecido? ¿Os animáis a ampliar el catálogo de vuestro huerto urbano con estas hortalizas? Son fáciles de cultivar y pronto podremos ver los resultados. Y si aún no os habéis animado a iniciar vuestro huerto urbano, estas hortalizas son ideales para comenzar. En el catálogo de Semillas Huerta y Jardín disponemos de todo lo necesario para su cultivo y, de hecho, podemos adquirir un 'Mix Semillas Hortalizas de Raíz': un producto que contiene un sobre con semillas de rábano, otro con semillas de rabanito, otro con semillas de zanahoria y otro con semillas de remolacha. Todo facilidades, ¿no creéis?
¡A disfrutar del huerto!

martes, 22 de julio de 2014

Cultivos para sembrar este verano

Con la llegada del mes de julio y el buen tiempo, muchos ya están de vacaciones y, otros tantos, estamos pensando (casi soñando despiertos) en todas las cosas que haremos cuando tengamos esas merecidos días libres sin estar sometidos a los estrictos horarios. Y entre esas cosas que tenemos pensado hacer o retomar, seguro que aparece la de dedicarle más tiempo a nuestro huerto urbano y disfrutar de sus olores, colores... Y aunque el verano es tiempo de recolectar muchos cultivos también es la época ideal para sembrar algunas hortalizas así que, ahora que tenemos más tiempo, ¿por qué no dedicarlo a ampliar la variedad de cultivos en nuestro huerto urbano?
La característica de las hortalizas que se siembran en verano es que necesitan de temperaturas más elevadas para su desarrollo pero no hay que suponer que por estar cómodas en agosto no requieran de mucha agua. Cada una tiene sus propias necesidades y, de hecho, también los plazos para su recolección varían así que debemos de elegir bien lo que vamos a cultivar y tomar las precauciones necesarias en cuanto al nivel de humedad y de nutrientes del suelo.
Hoy vamos a enumerar algunas de las hortalizas y plantas que se pueden sembrar en verano y en próximo artículos detallaremos mejor el proceso de siembra y cultivo de algunas de ellas.
Aún en el mes de julio podemos atrevernos a sembrar escarolas y espinacas, cultivos típicos de primavera que podemos alargar hasta bien entrado el verano, aunque no es recomendable hacerlo en el mes de agosto. Son cultivos que deben regarse a menudo y podrán recolectarse a los tres meses de la siembra.
Existen otras variedades cuyo periodo de siembra es precisamente los meses de verano. Hablamos de la col y la coliflor, por ejemplo, del brócoli y de la remolacha. Todas ellas son variedades muy utilizadas en la cocina así que serán una buena opción para poder disfrutar este verano de nuestro huerto urbano. Las variedades de col, además, no requieren de riego en exceso y podremos recolectarlas entre cuatro y cinco meses después de la siembra.
También hay cultivos que se pueden sembrar durante todo el año sin problemas y que además son muy fáciles de mantener así que también pueden ser una buena opción para comenzar este verano nuestro propio huerto urbano. Aquí podemos incluir, por ejemplo, el caso de la lechuga y las acelgas, hortalizas de hoja con multitud de usos en la cocina. Necesitan regarse a menudo pero en a penas tres meses las tendremos listas para recolectar.
En el capítulo de cultivos que se pueden sembrar todo el año encontramos también el rabanito y la zanahoria además de la planta del perejil, un condimento que nunca sobra en ninguna cocina y con el que podemos aderezar mil y un platos sin miedo a equivocarnos. Los rabanitos, además, son un tipo de hortaliza muy fácil de cultivar y de desarrollo muy rápido: en un mes podremos recolectarlos. Recordad que ya los recomendamos cuando hablamos de cultivos para principiantes.
Así que, ya sabéis, si este verano tenéis pensado aprovechar para dedicarle más tiempo a vuestro huerto urbano, estas opciones os pueden venir muy bien para ocupar el tiempo e ir practicando técnicas ya que algunos de estos cultivos son de siembra directa pero otros habrá que sembrarlos primero en semilleros y, después, trasplantarlos. Pero de eso hablaremos en los próximos días, de momento, podemos ir decidiendo qué vamos a plantar y aprovisionarnos de todo lo necesario en la tienda de Semillas Huerta y Jardín.
¡Hasta pronto!

viernes, 18 de julio de 2014

La Xerojardineria o jardinería sin agua

Si en el anterior post hablamos del tema de cómo regar nuestro huerto durante la vacaciones, hoy vamos a hablar de todo lo contrario. El tema a tratar va a ser: cómo tener un jardín que apenas necesita agua la "Xerojardineria".
El concepto nació en Usa durante la década de los años 80, concretamente en los estados de Colorado y California. Las graves sequías que sufrieron ambos estados durante los últimos años 70 y principios de los 80 provocaron la necesidad de tener jardines con escasos consumos de agua.
Esta práctica se hizo popular en todo el mundo por las muchas ventajas que acarrea sobre todo en zonas donde el agua es un bien escaso. En España se desarrollo con fuerza durante la última década del siglo pasado en zonas del sur donde el agua no es un bien abundante.
A la vez de apostar por el consumo indispensable de agua la Xerojardineria aboga por la no utilización de agentes químicos en los jardines, por la utilización de técnicas ecológicas de jardinería y por el diseño racional de los jardines que limiten el gasto de recursos limitados.
Otra apuesta importante de la Xerojardineria es el uso de plantas autóctonas del lugar donde vayamos a instalar este tipo de jardín debido a su mejor adaptación al clima de la zona y por consiguiente la menor necesidad de cuidados de estas plantas que otras que sean de zonas climáticas muy distintas.
Y sin más dilación vamos a dejaros un link donde vais a poder ver la creación en directo de un jardín bajo en mantenimiento, hablamos del post de nuestro amigo Ángel autor del blog  Magia del Paisaje, os aseguramos que vais a querer un jardín igual en casa.

Saludos!

jueves, 17 de julio de 2014

Regar a distancia

Llega el verano, el buen tiempo y las más que merecidas vacaciones y seguro que muchos de nosotros tenemos previsto hacer alguna escapada más o menos larga, hacer las maletas y cerrar bien nuestra casa para desconectar unos días y cambiar de aires. Y entre los preparativos para marcharnos con tranquilidad no puede faltar el típico encargo a un familiar, amigo o vecino: “pasa de vez en cuando y riégame las plantas”.
Pero a veces, o no disponemos de alguien que lo pueda hacer o no nos apetece dejar las llaves de casa, así que tenemos que pensar cómo conseguir que, a la vuelta de las vacaciones, nuestro huerto urbano siga tan lustroso como lo dejamos. Hoy vamos a ver cómo instalar un riego por goteo en nuestra mesa de cultivo y cómo adaptarle un programador automático.
Si habéis empezado hace poco vuestro huerto urbano, es posible que hayáis optado, de momento, por el riego manual, sobretodo, si estáis cultivando en macetas independientes. Usar la regadera de toda la vida es práctico porque permite controlar el agua que aportamos a cada uno de nuestros cultivos porque ya sabemos que no todos necesitan la misma cantidad ni al mismo tiempo pero, además de obligarnos a esta físicamente con nuestras plantas -lo que es difícil si nos vamos de vacaciones- no es el modo más eficiente ni económico ya que, por mucho cuidado que tengamos, se acaba derrochando el agua.
En el blog ya hemos hablado del riego y de los diferentes métodos existentes como el riego por aspersión, el acolchado o el que hoy nos ocupa: el riego por goteo. Las ventajas de este último, además de mejorar el uso del agua utilizando solo la indispensable pasan también por permitir un riego más constante, es decir, menos cantidades de agua pero con menos tiempo de separación entre un riego y otro. Esto permite reducir el conocido como 'estrés hídrico' de las plantas ya que no notan una excesiva diferencia de cantidad de agua en sus raíces entre un momento de riego y otro.
Además, el riego por goteo es muy fácil de instalar, cómodo, se adapta a cualquier cultivo y evita que las escorrentías de agua eliminen los nutrientes del suelo ya que la cantidad de agua y su velocidad son demasiado bajas como para arrastrar la tierra. Y, por último, y por lo que hemos empezado hablando de este mecanismo: nos permite programar el riego en ausencias prolongadas o siempre que queramos.
Este sistema consiste en administrar pequeñas cantidades de agua mediante una red de tubos que cuentan con orificios especiales diseñados para no obstruirse con la tierra. Lo mejor del riego por goteo es que distribuye el agua de manera que va a ser totalmente utilizada por las plantas, sin perderse nada y, además, con este sistema es difícil que aparezcan malas hierbas entre nuestras hortalizas, ya que podemos controlar el caudal de riego y la frecuencia de una manera exacta.
Podemos usarlo sin problemas tanto si cultivamos en macetas como si usamos mesas de cultivo. En Semillas Huerta y Jardín encontramos un kit de riego por goteo que trae un sistema con 24 goteros de régimen turbulento de cuatro litros por hora a un bar (unidad de presión). Son seis metros de tubería de riego de cuatro milímetros. Además, cuenta con un convertidor para pasar de tubería de 16 milímetros a tubería de 4 milímetros. Se trata de un kit al que se le puede adaptar un programador automático.
Este programador se coloca en el grifo. Hay que procurar que la unión sea precisa ya que el grifo se quedará abierto y será el programador el que controle el paso del agua. Simplemente, hay que unir el tubo de riego y llevarlo hasta nuestros cultivos. Cuando tengamos el 'croquis' hecho de por dónde irá el tubo de riego -para las curvas nos serán muy útiles las piezas en forma de codos y de 'T'- sólo tenemos que hacer los orificios oportunos en el tubo junto a cada planta y acoplarle las boquillas difusoras.
Al usar un tubo maleable, el riego por goteo permite utilizarlo tanto con mesas de cultivo como con macetas e ir ampliando la instalación -sin realizar movimientos de tierra ni ninguna obra costosa y farragosa- a medida que crece nuestro huerto urbano. Eso sí, a la hora de programar, tened en cuenta la estación en la que nos encontramos: por ejemplo, una mesa de cultivo de 1 metros cuadrado con 20 centímetros de profundidad necesitará, aproximadamente, un litro de agua por semana en invierno y 30 litros por semana en los meses de verano. Si no disponemos de un grifo cerca de nuestro huerto urbano, podemos colocar un pequeño bidón con un grifo acoplado.
Cuando tengamos la instalación hecha, solo tenemos que programar el riego, cerrar bien ventanas y puertas y disfrutar de las vacaciones (Y, a la vuelta, ¡a disfrutar del huerto!).

martes, 15 de julio de 2014

La borraja, esa gran desconocida

Después de una temporada hablando de las enfermedades y plagas que pueden sufrir nuestras plantas, en el post anterior comenzamos de nuevo a hablar de cómo cultivar las semillas de la multitud de especies que podemos incluir en nuestro huerto urbano. Entonces, hablamos de la hierba de San Juan y hoy vamos a aprender a cultivar la borraja una planta que, aunque tiene un amplio uso en la cocina, es posible que muchos de nosotros no la hayamos probado y, ¿qué mejor momento para probar algo nuevo que si lo hemos cultivado nosotros mismos? Pues dicho y hecho: manos a la tierra y a cultivar sin tregua.
La borraja es una planta originaria de la zona mediterránea. Su origen concreto es Siria aunque posteriormente se comenzó a cultivar por toda la cuenca. Científicamente llamada Borrago Officinalis, pertenece al a familia de las Boragináceas, y se distingue fácilmente por tener el tallo y las hojas cubiertos de pelos. Las flores suelen ser azuladas aunque también hay variedades con flor blanca e, incluso, rosa. Puede alcanzar el metro de altura.
Como decíamos antes, tiene un uso culinario muy extendido y es muy apreciada en algunos países de Europa y en algunas regiones de España. De la borraja se aprovecha todo, desde el tallo hasta las flores y hojas así que existen multitud de formas de cocinar esta planta: sopas, tortillas, ensaladas, revueltos, zumos, infusiones y hasta postres dulces que se consiguen friendo las hojas en una masa dulce. No en vano, en Francia e Italia, la borraja está considerada una verdura de lujo, de sabor delicado.
Pero además, a la planta de la borraja también se le ha dado tradicional y actualmente un uso medicinal que la convierte en un cultivo muy cotizado. Se usa, por ejemplo, para combatir el colesterol o como relajante. Tiene propiedades diuréticas y permite controlar la tensión arterial alta y regular el nivel de estrógenos. La infusión de sus hojas alivia la tos y los problemas de reuma.
Y ahora, ¿cómo la cultivamos? La mejor época para el cultivo de la borraja es de noviembre a abril ya que requiere de climas frescos para su correcto desarrollo por lo que no es recomendable que mantuviéramos su cultivo entre la primavera y el verano. Podemos sembrarla de manera directa en un marco de plantación de 30x50 centímetros y a una profundidad de 2 centímetros. Las semillas germinarán una semana después aproximadamente. Si tenemos esa posibilidad en nuestro huerto urbano, es beneficioso asociar la borraja con otros cultivos como el tomate, la calabaza o los calabacines.
Aunque no es muy exigente con el tipo de suelo, prefiere los suelos sueltos, bien trabajados, ricos en humus y que drenen bien. Un buen abonado de fondo le permitirá un desarrollo rápido. En cuanto al riego, es mejor que sean cortos y constantes y evitando siempre el encharcamiento. Si seguimos estos consejos, a los cuatro meses de la siembra, más o menos, veremos como la planta inicia la floración, es entonces el momento de recolectar.
Es aconsejable realizar la recolección a mano y, como ya hemos visto, podemos utilizar tanto las flores como los tallos o las hojas más tiernas. Sabiendo que la planta está lista en unos cuatro meses, si queremos tener borraja todo el año, podemos realizar dos plantaciones de manera escolanada: una a principios de otoño, cuando empiecen a bajar las altas temperaturas del verano, y otra ya entrado el invierno. Aunque prefiere climas frescos, como ya hemos dicho, si las temperaturas son muy bajas, es recomendable colocar a la planta en algún lugar protegido del intenso frío.
Hemos hablado de cultivar la borraja en nuestro huerto urbano en un marco de plantación de 30x50 centímetros aunque es una planta que también podemos cultivar fácilmente en maceta. Para ello, necesitaremos un recipiente mínimo de 25 litros y que tenga una profundidad de 25 centímetros.
Como podemos ver, la borraja es una planta bastante sencilla de cultivar y con múltiples usos en la cocina y medicinales. Además, el tono azul de sus flores dará un bonito color a nuestro huerto urbano. Eso sí, habrá que tener cuidado con las plagas y enfermedades que puede sufrir, sobretodo, con el ataque de pulgones y orugas. Entre las enfermedades más comunes de la borraja destaca la virosis.
Con unos cuidados mínimos y algo de dedicación, podemos incluir en nuestro huerto urbano un cultivo de lo más versátil, ¿nos animamos? Si es así, ya solo queda hacernos con las semillas de borraja que podemos econtrar en Semillas Huerta y Jardín y ¡a disfrutar del huerto!

jueves, 10 de julio de 2014

Pinta tu huerto con la hierba de San Juan



Hace unas semanas hablábamos en el blog de las plantas aromáticas y ornamentales, de cómo cultivarlas y de lo idóneas que son para tener en un huerto urbano ya que, además de requerir poco espacio, ofrecen color, olor y multitud de usos domésticos: en la cocina, como condimento, o bien como tratamiento para alguna dolencia. Pues bien, después de hablar de algunas como el orégano, la menta o la stevia, hoy nos hemos fijado en la hierba de San Juan.
Si la lavanda nos ofrecía, además de todas las características de una planta aromática, un intenso color azul, la hierba de San Juan dará a nuestro huerto urbano un magnífico tono amarillo aportado por los pétalos de sus flores. El Hypericum calcynum, como se la conoce en el mundo científico, es una planta aromática perteneciente a la familia de las gutiferaceaes, originaria de Asia Menor.
Puede llegar a alcanzar más de 50 centímetros de altura y su principal uso es el de tapizante de jardines. Se utiliza a menudo para la formación de setos, rocallas y borduras aunque también se usa como planta medicinal para multitud de síntomas: por ejemplo, su aplicación tópica acelera la cicatrización de heridas y, en los últimos años, en muchos países se comercializa la hierba de San Juan en cápsulas, grajeas o como infusiones para tratar la depresión leve y sus síntomas como la pérdida de apetito, la falta de sueño o el cansancio.
¿Dispuestos a 'teñir' de amarillo nuestro huerto? Para empezar, debemos de saber que las semillas de la hierba de San Juan deben de plantarse durante la primavera: desde el mes de marzo hasta el mes de mayo, aproximadamente, y se puede hacer, o bien directamente o en macetas y después trasplantarlas.
Siguiendo este calendario de cultivo, nuestra hierba de San Juan florecerá en verano dando ese característico tono amarillo a nuestro jardín o huerto urbano. Se desarrollará bien en climas templados con inviernos y veranos suaves y en suelos fértiles -recomendable realizar un abonado de fondo con materia orgánica descompuesta antes de su siembra- y bien drenados para evitar los encharcamientos cuando la reguemos.
En ese sentido, la hierba de San Juan precisa de riegos constantes. Más moderados durante la primavera y más intensos cuando llegan las altas temperaturas del verano. Teniendo esa necesidad cubierta, el cultivo de la hierba de San Juan no requiere de muchas más atenciones específicas. Es una planta fácil de cultivar y puede llegar a vivir más de veinte años sin excesivos cuidados más allá de los imprescindibles como la prevención y el tratamiento de posibles enfermedades o plagas que la puedan afectar. En el caso de este tipo de planta ornamental, el hongo de la roya es una de las enfermedades que más suele sufrir. Afortunadamente, ya sabemos cómo combatirlo, ¿verdad? Pues solo queda hacernos con nuestras semillas de hierba de San Juan en Semillas Huerta y Jardín y ¡a disfrutar del huerto!


martes, 8 de julio de 2014

En verano, cuidado con los trips

Volvemos un día más a la carga dispuestos a combatir enfermedades, virus, plagas o cualquier otra amenaza para nuestro huerto urbano. En el blog, hay muchos que nos iniciamos en esto de la horticultura y, aunque es difícil que suframos al principio todos los problemas de los que ya hemos hablado, ya sabéis que somos muy partidarios de ir aumentando la información y los conocimientos sobre el cultivo de un huerto urbano para que, si llega el momento de aplicar esos conocimientos, los tengamos a mano. Por ello, hoy vamos a tratar otro tipo de plaga bastante común en el huerto: los trips (o arañuelas).
El trip es un insecto de tamaño milimétrico pues suele medir entre uno y dos milímetros. Son de color marrón o negro, de forma cilíndrica y alargados. Existen multitud de variedades de este insecto, se calcula que unas 5.600, la mayoría se alimentan casi exclusivamente de vegetales y cada una tiene su cultivo predilecto así que prácticamente todas nuestras plantas podrían sufrir el ataque de este insecto.
Se alimentan de la savia de las hojas y mientras lo hacen, las manchan con los jugos y excrementos que desechan provocando en las hojas unas características manchas de color blanquecino rodeadas de motitas negras. Pero a la hora de hacer la revisión de nuestros cultivos, debemos de estar atentos también a los frutos y las flores, pues no solo de hojas vive el trip.

En estas fechas debemos de estar especialmente atentos a la posible aparición de estos insectos ya que se encuentran muy cómodos en los ambientes secos y cálidos, de ahí que sea una plaga típica de invernadero.
¿Es grave? Ya sabemos que la presencia de insectos y otros animales en nuestro huerto urbano es normal e, incluso, recomendable pues forma parte de la naturaleza que los seres vivos interactúen. El problema viene cuando una de las especies del ecosistema, en este caso, insectos, se multiplica de manera descontrolada por alguna variación en el entorno, un incremento de la población que puede causar serios daños a nuestros cultivos. El trip se alimenta de la savia de las hojas pero también ataca a las flores y al fruto, decolorando y generando malformaciones en este último.
Pero el verdadero riesgo que suponen las plagas para nuestro huerto urbano, concretamente, la de este insecto, es que el trip es un vector de varios tipos de virus -alrededor de una veintena- muy perjudiciales, es decir, un ser vivo que puede transportar el virus de una planta a otra. Hablamos, por ejemplo, del virus del bronceado del tomate y otros similares muy dañinos para nuestro huerto urbano.
¿Cómo prevenimos su llegada? El mejor ataque es una buena defensa así que será mejor que dediquemos cierto tiempo a la prevención de este tipo de plagas. Lo mejor para evitar que los trip se conviertan en un problema grave es respetar los calendarios de cultivo, los marcos de plantación, las asociaciones de cultivos adecuadas y las rotaciones necesarias. Mantener los cultivos frescos y húmedos con buenos riegos también es vital ya que, como ya hemos comentado, el trip se desarrolla en entornos secos y cálidos. La retirada de los restos de poda y la eliminación de las malas hierbas nos ayudará a evitar su aparición. En definitiva, la mejor prevención es respetar el ecosistema equilibrado de nuestro huerto y jardín y la propia naturaleza ejercerá de árbitro controlando y evitando la aparición de plagas.
Ahora bien, si descubrimos que los trip ya se han convertido en un serio problema para nuestros cultivos, tenemos a nuestro alcance varios métodos de combate. Por ejemplo, podemos acabar con la plaga introduciendo depredadores naturales de este insecto como el orius.
Otra opción es utilizar insecticidas ecológicos compuestos por piretrinas, una sustancia que se obtiene de los crisantemos y que actúa como insecticida natural. Recordad que este y otros productos ecológicos para combatir las plagas los podemos encontrar en el catálogo de Semillas Huerta y Jardín.
Como cada día, manos a la tierra y ¡a disfrutar del huerto!

jueves, 3 de julio de 2014

Guerra a la araña roja

Lo más seguro es que todos hayamos oído hablar -algunos, incluso, las habremos sufrido- de las arañas rojas. Es una de las plagas más comunes y que pueden afectar a nuestro huerto urbano pero, por mucho que ese sea el nombre más común que se le da, lo cierto es que la 'araña' roja es un ácaro al que se le apoda araña por su capacidad para tejer telarañas. En su edad adulta a penas alcanza el medio milímetro de tamaño pero como todos estos 'bichitos', cuando se convierten en plaga, pueden causar estragos a pesar de su reducido tamaño.
Ya hemos hablado en el blog de las plagas en general y de algunas de las más comunes en particular como los pulgones y la mosca blanca. Hoy, y siguiendo con la serie de artículos sobre los problemas que pueden afectar a nuestros cultivos y cómo prevenirlos y tratarlos, queremos presentaros a esta 'falsa' araña roja.
Su nombre científico es Tetranychus Urticae y es una de las muchas especies de ácaros que se alimentan de plantas. Sienten predilección por las plantas que se encuentran en un ambiente seco así que habrá que tener especial atención a la aparición de la araña roja en los meses de sequía. Es una especie muy polífaga, es decir, que ataca a una gran variedad de plantas incluyendo la mayoría de hortalizas y muchas plantas ornamentales como las rosas. Es por tanto, una probable visita no deseada en nuestro huerto urbano, sobretodo, en verano pues es atraída por los ambientes secos y cálidos.
Pero, algo tan pequeño, ¿qué daños puede causar? Como ya hemos visto en nuestro blog, el tamaño poco importa a la hora de causar estragos en las plantas. De hecho, los virus, microorganismos solo visibles con microscopio, pueden echar a perder nuestros cultivos. En el caso de la araña roja, sí podemos verla a simple vista, aunque ya hemos dicho que los adultos a penas rozan el medio milímetro de tamaño.
Podremos distinguirlas sin embargo, como pequeños puntos, sobretodo, en el envés de las hojas. Allí, cada ejemplar se va alimentando de las células vivas de la planta creando una mancha minúscula en la hoja. El ataque de cada araña roja puede ser insignificante pero las plantas huésped suele acoger a miles de ejemplares lo que supone una importante reducción de la fotosíntesis y, en consecuencia, de los nutrientes que necesita para seguir desarrollándose. Si el ataque es persistente, la planta puede llegar a morir.
A los daños que la araña puede causar por sí misma, hay que añadir el hecho de que puede ser transmisora de virus de una planta infectada a una sana y que, además, debilita la planta hasta el extremo de convertirla en idónea para el desarrollo de otras enfermedades causadas por hongos o bacterias.
Y, ¿qué hacemos? Para empezar, es importante que realicemos las tareas de nuestro huerto de manera adecuada. La araña roja suele aparecer en aquellos espacios con déficit de humedad o donde es excesivo el nivel de nitrógeno, un elemento que nosotros podemos favorecer con el tipo de abonado que escojamos. También la baja variedad de cultivos puede favorecer su aparición.
Debido a la predilección por la sequedad, es útil pulverizar las hojas de nuestros cultivos con agua para mantener un grado de humedad que aleje a este ácaro de nuestro huerto. Y, por supuesto, realizar las recomendaciones básicas: revisión periódica de nuestros cultivos, mirando bien de cerca y prestando mucha atención al envés de las hojas, y la eliminación de las malas hierbas y de los restos de poda ya que sirven de estupendo refugio para los ácaros.
Si pese a estas precauciones, la araña roja se ha instalado en forma de plaga en nuestro huerto urbano, tendremos que tomar medidas. ¿Cuáles? Existen diversas opciones para controlar este tipo de plagas. Para empezar, vamos a hablar del control biológico. Se le llama así a las tácticas de lucha consistentes en introducir otro elemento vivo propio del ecosistema y que consiga equilibrar (o eliminar) por completo a nuestro enemigo de manera natural. En el caso de la araña roja, se pueden usar varios depredadores naturales como el ácaro fitoseido Phytoseiulus persimilis o el Amblyseius californicus que, además, se alimenta de polen por lo que se puede distribuir por el huerto antes incluso de que aparezcan los primeros ejemplares de araña roja.
Estos métodos, si bien son utilizados en la práctica comercial de la horticultura para proteger los cultivos de invernadero, no son muy habituales en los huertos urbanos cultivados como hobby como es nuestro caso así que probaremos otros remedios más cómodos y al alcance de todos nosotros.
Por ejemplo, pulverizar el agua conseguida de infusionar ortigas secas, ajenjo o helechos es una buena manera de repeler este insecto al igual que distribuir pieles de cebolla por el suelo de nuestro huerto urbano.
Pero si queremos un resultado más rápido y eficaz, absolutamente ecológico, vamos a optar por darnos una vuelta por el catálogo deproductos de Semillas Huerta y Jardín. Allí encontraremos productos como el jabón potásico, totalmente inocuo para la planta y cuya pulverización permite acabar con los insectos ya que reblandece su exoesqueleto hasta el punto de que acaban muriendo. Combinado con este producto se puede utilizar un aceite de neem, un insecticida natural que se extrae del fruto de esta planta.
Además, podemos incluir en nuestro huerto urbano una serie de plantas que sirven de repelentes para los insectos dañinos. En Semillas Huerta y Jardín podemos encontrar este pack que incluye semillas de eneldo, de lavanda, de hinojo, de capuchina enana, de borraja, de clavel chino y de romero, una manera de lo más ecológica para proteger nuestro huerto urbano.
Como siempre, esperamos que estos consejos y remedios os sirvan para disfrutar de vuestra afición sana y ecológica con los menores sobresaltos posibles así que, ya sabéis, ¡a disfrutar del huerto!

martes, 1 de julio de 2014

Un poco más sobre virus: el mosaico de la calabaza

Volvemos un día más a hablar de los virus que pueden hacer enfermar a los ejemplares de nuestro huerto urbano. En el blog hemos tratado largo y tendido este tema pero es bueno que ampliemos en la medida de lo posible nuestros conocimientos sobre los problemas y enfermedades que pueden sufrir nuestros cultivos porque ya sabemos lo productivo que resulta conocer al enemigo.
Hoy, el objeto de nuestro análisis va a ser otro de los virus propios de las cucurbitáceas: el virus del mosaico de la calabaza. Como el de la sandía que vimos en el post anterior, el virus del mosaico de la calabaza puede afectar a la mayoría de variedades de cucurbitáceas (melón, pepino, calabazas, calabacín...) y, principalmente, causa el enanismo de la planta y la deformación del fruto lo que daría al traste con el cultivo.
De nuevo nos encontramos ante un virus que, como ya sabemos de sobra, se trata de un microorganismo que puede contagiarse de planta a planta por el roce entre ellas, a causa de una semilla infectada o a través de los llamados vectores: seres vivos que sirven de transporte para que el virus pueda viajar de un ejemplar infectado hasta uno sano. Hablamos de insectos como la mosca blanca o los pulgones pero, también podemos ser nosotros mismos los causantes transmitiendo el virus en nuestra ropa, calzado o herramientas.
Por ello es muy importante que nos deshagamos de los ejemplares que estén infectados porque el virus no se puede tratar y curar, tan solo, poner todos los medios disponibles para prevenir su aparición y, por supuesto, para evitar su propagación. Medidas como utilizar solo semillas de calidad y seguras, eliminar los ejemplares dañados así como las malas hierbas, prevenir la aparición de plagas de insectos y tener especial cuidado de no tocar con las manos o herramientas un ejemplar sano después de haber trabajado con uno enfermo.
Y volviendo al virus del mosaico de la calabaza, ¿cuáles son los síntomas? Las plantas infectadas por este virus presentan hojas rizadas, con amarillamiento con áreas verdes entre las venas de las hojas, deformación y manchas moteadas. Como ya hemos dicho, es un virus que causa enanismo en las plantas que infecta y, en los frutos, se puede observar cierta deformación y moteado.
¿Qué debemos hacer? El procedimiento en el caso de las enfermedades causadas por virus suele ser el mismo: eliminar las plantas infectadas (también es recomendable hacer lo mismo con las colindantes) y extremar las precauciones para prevenir nuevas infecciones. Además de las medidas cautelares que tenemos que adoptar respecto a nuestros hábitos de trabajo en el huerto, ya hemos visto la importancia de prevenir las plagas de insectos que, en muchos casos, son los transmisores de los virus de una planta a otra. 
En el blog también hemos hablado de cómo prevenir las plagas y, entre las medidas, existe la posibilidad de utilizar algún tipo de insecticida, eso sí, siempre ecológico y respetuoso con el medio ambiente como los del catálogo de productos de Semillas Huerta y Jardín.
Ahora que disponemos de más información sobre cómo cuidarlo, ¡a disfrutar del huerto!