jueves, 26 de junio de 2014

Hablemos de virus. Hoy, el del mosaico de la sandía

Volvemos a la carga ya entrado el verano con más energía si cabe, la que nos da saber que tenemos unas horas más de luz al día, que se acercan las vacaciones y que, quizá, podamos dedicar un poquito más de tiempo a nuestro huerto urbano. Y no solo a regar, sembrar o abonar sino, también, a leer y a aprender cosas relacionadas con la horticultura como, por ejemplo, las enfermedades y los problemas que pueden sufrir nuestras cultivos.
Por eso, después de hablar de algunos hongos en los últimos artículos del blog como la negrilla o el oídio, hoy vamos a volver al tema de los virus, microorganismos causantes de una gran variedad de enfermedades en los cultivos. En concreto, hablaremos del virus de mosaico de la sandía, un virus que afecta a los cultivos del tipo de las cucurbitáceas (melones, calabazas, calabacines...) y a muchas especies de leguminosas. Se estima que este virus puede infectar a más de 160 especies de plantas.
Los síntomas varían mucho y dependen de la especie de cucurbitácea afectada, el modo de cultivar, la cepa del virus y factores ambientales pero, por lo general, los síntomas observados en las hojas son mosaicos de color verde, arrugamiento, anillos cloróticos y malformación. Los frutos no resultan demasiado afectados.
Debemos de recordar que, una vez afectada la planta, no hay tratamiento más allá de evitar la propagación y el contagio entre ejemplares atajando por el camino más corto, como se suele decir: eliminando las plantas infectadas por el virus. ¿Y cómo evitamos el contagio? Buena pregunta. En artículos anteriores ya hablamos de la facilidad con la que, nosotros mismos, podemos ser los transmisores de los virus de una planta a otra a través de la ropa, las herramientas que usamos en el jardín, etc. Así que será recomendable poner especial atención en este aspecto en cuanto sospechemos que nuestro huerto urbano puede tener un ejemplar infectado.
Pero los virus también se pueden contagiar a través de injertos, del polen, por el viento o, directamente, sembrando una semilla infectada aunque esta última opción no es un problema en el caso que nos ocupa pues el virus del mosaico de la sandía es un tipo de virus que no se transmite a las semillas. Sin embargo, sí viaja de una planta a otra a través de insectos, especialmente, del pulgón.
Así que, otra de las maneras de evitar o prevenir que nuestros cultivos se vean afectados y resulten infectados por el virus del mosaico de la sandía o por algún otro tipo de virus es prevenir la aparición de plagas en nuestro huerto urbano. Y ya sabemos que en el catálogo de Semillas Huerta y Jardín disponemos de multitud de productos para conseguirlo.
Si pese a todos nuestros esfuerzos, creemos que podemos tener plantas contagiadas por este tipo de virus, lo importante en el control de esta enfermedad es realizar las prácticas a tiempo: la limpieza de restos de cultivos y plantas infectadas, la eliminación de malas hierbas en la parcela, la limpieza de los bordes de los lotes o no asociar el cultivo en la misma parcela.
Con estas sencillas técnicas preventivas, nuestro huerto urbano debería de estar a salvo de virus pero, como nunca viene mal extremar las precauciones, recordad comprar las semillas que vayáis a plantar en un sitio de confianza. En Semillas Huerta y Jardín tenemos una gran variedad de semillas y brotes para escoger. Ahora sí, ¡a disfrutar del huerto!

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