jueves, 5 de junio de 2014

Es el momento de trasplantar nuestros cultivos

Las cosas siguen marchando de maravilla en nuestro huerto urbano y poco a poco nuestro trabajo va dando sus frutos, nunca mejor dicho –pido perdón por la broma, pero el momento era perfecto y no he podido resistirlo-.
Como iba diciendo, el ciclo de la vida sigue y llega el momento de enfrentarnos a nuevos retos, llega la hora de trasplantar nuestras plantas y desde Semillas Huerta y Jardín, como siempre, queremos echaros una mano.
Comencemos, ¿qué es un trasplante? Simplemente consiste en trasladar la planta del sitio en el que está arraigada –donde ha echado sus raíces, vaya- a una nueva tierra (maceta, mesa decultivo…) donde vamos a plantarla.
¿Por qué se hacen los trasplantes? Para que nuestra planta tenga suficiente espacio y nutrientes para desarrollarse. Al haber plantado las semillas en un recipiente para que estas germinen, ahora debemos plantarlas en su ubicación definitiva.
¿Cuál es el primer problema que nos encontramos al tratar de hacer el trasplante? Puede ser que al sacar la planta se nos rompan las raíces. Pero no os preocupéis, con un poco de cuidado, todo saldrá bien.
Para evitar esto, lo primero que debemos hacer es esperar a que nuestra plantita haya crecido lo suficiente, ya que la planta no sólo crece ‘por arriba’ –lo que vemos-, sino que sus raíces también han ido creciendo y, a más raíces, más sujeción de la tierra. Una vez veamos que la planta no es excesivamente pequeña y nos decidamos a extraerla para colocarla en su nuevo recipiente, debemos regarla el día antes para humedecer la tierra, pero también en la hora previa a extraerla, así compactaremos la tierra.
Es preferible que vayamos a realizar el trasplante en un día nublado y fresco, o en las horas de menos sol.
La primera parte del proceso ya está, la planta está fuera y ahora queda colocarla en su nuevo hogar. Evidentemente, la tierra ya debe estar  convenientemente preparada –en post anteriores ya explicamos cómo preparar nuestras macetas-.
Ahora hay que tener cuidado de que al volverla a plantar el sustrato quede bien compactado alrededor de las raíces de la planta, esta debe estar realmente ‘enraizada’ en él, sino fuera así podría acabar muriendo y esto no es una opción para nosotros, claro -¡con lo que nos ha costado trasplantarla-.
Y llega el momento de regarla en abundancia y, al igual que durante el proceso de extracción, mantenerla lejos del sol un par de días.
Esperamos que el proceso os haya salido a la perfección. Es totalmente normal que las primeras veces cueste un poco y que no siempre salga bien, pero poco a poco y con calma lo acabaremos consiguiendo.

¡A disfrutar del huerto

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